Resumen
Latin America’s water footprint: challenges and opportunities.
Los conceptos de agua virtual y de huella hídrica -introducidos en 1998 y 2002 respectivamente-, parecen apuntar a un cambio de paradigma en la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos y en las políticas hídricas, agropecuarias y comerciales en todo el mundo. Su estudio ayuda a identificar cómo y dónde, el consumo en un lugar, impacta los recursos hídricos de otro lugar. La huella hídrica indica, además del volumen de agua dulce empleado directa e indirectamente para producir un bien, el lugar preciso donde se obtuvo dicho volumen, especificando si se trató de agua verde o azul, la contaminación que generó y el lugar en que se consumió ese bien finalmente. De esta forma, permite visualizar patrones y tendencias de uso del agua,-que tradicionalmente no eran tomados en cuenta-, relacionándolos con los flujos de comercio de agua virtual. En el período 1996-2005, América Latina presentó grandes contrastes. Argentina y Brasil fueron los grandes exportadores de agua virtual de la región, ocupando además el segundo y quinto lugar en el mundo respectivamente. Por otro lado, México fue el principal importador de agua virtual de la región, ocupando además el segundo lugar en el mundo, superado únicamente por Japón. Su dependencia hídrica del exterior fue de 42.5%, cuando el promedio mundial fue de 21.7%. Aunque ciertamente el comercio de agua virtual constituye para México un “ahorro” de agua, que le permite preservar de mejor manera sus escasos recursos hídricos, esto es a costa de una menor soberanía alimentaria. Otros países de la región que tienen una dependencia hídrica superior al promedio global son: Chile, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Es importante que todos estos países estudien con detalle la relación entre sus recursos hídricos, sus políticas y su comercio. En cuanto a la huella hídrica del consumo nacional, la región concentró durante el periodo 1996-2005, el 10.5% de la huella hídrica global con el 8.2% de la población mundial. El volumen de la correspondiente a Brasil y a México equivalió al 6.5% de la huella hídrica global. Por lo que respecta a la huella hídrica del consumo nacional per cápita, la huella hídrica de la región fue 29% superior a la global. El principal reto para reducirla será cambiar hábitos de consumo, tanto de agua como de bienes y productos en general y establecer mejores prácticas y tecnologías que permitan un uso más eficiente de agua, especialmente en Bolivia, Uruguay, Brasil, Ecuador, México y Paraguay. La educación ambiental e hídrica tendrá un papel determinante. Aunque creciente, el número de estudios y especialistas en el tema de huella hídrica en América Latina es muy limitado. Una mejor comprensión del tema puede ayudar a las naciones de la región a mejorar su toma de decisiones de política hídrica, agrícola y comercial y a promover un mejor uso del agua, nacional, regional y global.