Abstract
En Chile, la pequeña agricultura o agricultura familiar campesina (AFC) es un segmento social y económico de gran importancia, sin embargo, presenta brechas tecnológicas en diferentes aspectos de la cadena productiva, entre ellos el control del riego. En un contexto de cambio climático con menor disponibilidad de agua, resulta relevante incorporar tecnologías de riego que facilitan el uso eficiente y sustentable del agua en la AFC. El Centro Regional de Estudios Agronómicos de la Universidad de Chile (UCHILECREA) aplicó una metodología de estimación del tiempo y frecuencia de riego, utilizando tecnologías para el seguimiento del estado de la vegetación (espacial y temporal), la humedad de suelo y el diagnóstico de las propiedades físicas de los suelos. Las tecnologías incluyeron el uso de índices vegetacionales (obtenidos a través de imágenes satelitales de la plataforma Sentinel2), sondas TDR (Time Domain Reflectometry) y FDR (Frecuency Domain Reflectometry), transmisión telemétrica y plataforma de gestión para el control de riego en tiempo real, además del uso de la cámara de presión tipo Scholander para el seguimiento del estado hídrico de la planta. Esta metodología se aplicó durante las temporadas 2017/2018 a 2019/2020 en huertos de aguacate y cítricos de 40 productores pertenecientes a la AFC de la región de O’Higgins, incorporando un fuerte componente de transferencia tecnológica a los agricultores. Los resultados indican que la principal limitante productiva, desde el punto de vista físico del suelo, correspondió al bajo nivel de poros gruesos (>50 µm), los cuales no superaron el 15% en el 60% de los casos, y, sumado a un ineficiente manejo del riego (sistemas de riego con baja mantención y erróneas prácticas de riego), ha limitado en gran parte la productividad de estos frutales. Se logró un ahorro en el uso de agua de riego en el 96% de los productores, con una reducción promedio del consumo de agua de un 34% (3.221 m3 ha-1 temporada). Esto permitió un aumento de la eficiencia del uso del agua de riego entre un 23% a 30%, una reducción del consumo eléctrico entre un 17% a un 23% y un aumento monetario del uso de agua entre un 22% a 35% con respecto al manejo tradicional. Se concluye que el paquete tecnológico propuesto redujo considerablemente la brecha tecnológica en los pequeños productores, optimizando así el uso de agua riego. No obstante, es esencial la asistencia técnica permanente y los estudios de validación práctico desarrollados en conjunto con los productores.